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¿Tener éxito es bueno para nuestro bienestar?

    ¿Tener éxito es bueno para nuestro bienestar?

    Virginia Calderón Encuentro Psicoterapéutico

    Éxito, fama, perfección, son términos muy escuchados hoy en día y casi de manera automática los asumimos como naturales, beneficiosos y como puntos cardinales hacia los cuales debemos dirigir nuestro esfuerzo. El problema de esto es que muchas veces no nos preguntamos, ni reflexionamos sobre qué consideramos éxito, es decir, si la pregunta y la respuesta vienen dadas por cumplir patrones sociales o colectivos o si por el contrario responde a nuestra individualidad, si es bueno o beneficioso para nuestra psique y para nuestra vida.

    El éxito, la fama y la perfección son objetivos muy valorados en nuestra sociedad occidental. En su definición el énfasis está puesto en la apariencia y en criterios que están de moda en la sociedad. Al aplicarse a nuestra vida individual es donde surgen los problemas, pues pretendemos seguir patrones ajenos que nos impiden hacer alma y muchas veces atentan contra nuestra salud y bienestar.

    Veo con frecuencia en mi consulta o en las de mis colegas, cantidad de personas muy “exitosas” desde el punto de vista social, que presentan múltiples síntomas de malestar tales como: ansiedad, ataques de pánico, depresión, trastornos de alimentación, irascibilidad y muy especialmente sentimientos de soledad, vacío o pérdida del sentido de la vida.

    Son personas que han llevado un ritmo de vida frenético, desenfrenado, sin tiempo para nada, cuyo único propósito consiste en lograr dinero, fama o éxito social, a costa del descuido de su familia, amigos y muy especialmente de sus sentimientos y de sí mismos. Son personas que no atienden o comprenden bien, sus necesidades básicas corporales: se alimentan mal, comen a deshoras, duermen poco y mal, no hacen ninguna o muy poca actividad física, fuman, usan estimulantes, beben en exceso, no respetan su ritmo biológico; así como también tienen muchas dificultades para escuchar, y atender su mundo interior y su alma: les cuesta desarrollar y expresar sus emociones y sentimientos, se comunican mal, su sexualidad está perdida, desconectada o distorsionada, no desarrollan su creatividad, sus instintos y sus necesidades espirituales, viven en un sin sentido.

    Afortunadamente muchas personas al sentir malestar, despiertan de este automatismo colectivo y deciden buscar ayuda. Hacer esto es lo más beneficioso, debido a que los síntomas son una señal que busca captar nuestra atención hacia nuestro interior y guiar nuestro camino hacia la cura. Quien no lo hace o busca sólo eliminar la molestia de los síntomas, sin entender el mensaje o la información que nos aportan, se suelen quedar atascados o extraviados en su camino.

    Mirar hacia adentro, hacer una pausa, reconocer y valorar tus fracasos o errores, reflexionar, conocerte, son formas de saber hacia dónde dirigir tu vida, encontrar su sentido y no detener la marcha de tu vida.

    Por: Virginia Calderón

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