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Los tiempos en la pandemia

    Los tiempos en la pandemia

    En la Grecia Antigua existían tres dioses para representar los diferentes tiempos en los que vivimos los humanos.

    El más conocido por nuestra cultura es Cronos. Es el dios del tiempo secuencial y
    cronológico que nos devora. Es el que nos hace preguntarnos: ¿cuándo acabará
    esto?. Es el dios al que recurrimos para hacernos una rutina que nos organice y nos haga sentir que tenemos el control. Es el tiempo lineal e irreversible. El tiempo de la desesperación y la angustia por lo no cumplido, por lo que no llega o cuando no le vemos fin a una situación. Es el que nos pone a contar los días que llevamos encerrados. 

    Hay otro dios que es Aión, dios del tiempo eterno, que no tiene comienzo ni final, el que siempre está. El tiempo de la vida. Es el dios generoso y satisfecho que nos invita a realizar acciones que tienen sentido en sí mismas. No contempla objetivos ni planes. Es el que se manifiesta en nuestra vocación, la voz interior que nos dice lo que tiene sentido y lo que no. Es la continuidad de la vida.
    Hay un tercer tiempo conocido como Kairós, el dios caprichoso o de la oportunidad que pasa rápidamente. Kairós representa el momento preciso, imprevisto único e irrepetible que cambia nuestro destino. Son los hitos históricos individuales y colectivos que cambian el camino lineal de nuestras vidas. Marca un antes y un después en los procesos históricos y cuando se manifiesta hace que el mundo ya no sea igual.

    Con la llegada de la pandemia nuestros tiempos cambiaron, veníamos de un tiempo regido fundamentalmente por Cronos, en un hacer y correr frenético, que nos impedía pensar, sentir y reflexionar. Nuestra vida estaba llena de actividades que nos consumían y devoraban día a día.

    De repente y de forma imprevista hace su aparición Kairós con el surgimiento del
    Covid19. Al llegar nos cambia la vida obligándonos a permanecer en casa, a cambiar nuestra forma de relacionarnos y de trabajar. Surge entonces Aión que se hace presente bajo la forma del tiempo eterno, sensación que experimentamos muy a menudo con el confinamiento. Es el momento del encierro prolongado en nuestras casas que nos hace perder la noción cronológica de los días y nos lleva a preguntarnos en qué día estamos.

    Frente a estos cambios muchas personas invocan de nuevo a Cronos y elaboran en sus casas un horario repleto de actividades y objetivos para intentar disminuir la angustia, el aburrimiento y sentir que tienen el “control”. Esto por sí mismo no es inadecuado pero es importante tener en cuenta, que si a Cronos lo dejamos sólo, nos terminará devorando como ya lo venía haciendo e inevitablemente nos hundiremos en el vacío y la desesperación.

    He visto con mucho regocijo como muchos de mis pacientes y amigos están soñando más, están dibujando o pintando sus procesos, algunos escriben sus historias y crean historias. Están más ocupados de lo que les ocurre dentro sus almas. Este es uno de los cambios que Aión y Kairós nos brindan, atender estos tiempos nos ayudará a transitar tan difícil momento y nos permitirá continuar nuestras vidas de una forma más plena y llena de sentido.

    Si damos paso en nuestra psique a que Aión y Kairós se manifiesten, podremos
    encontrarle el sentido a este hito histórico que nos tocó vivir. Para que esto ocurra es necesaria la observación silenciosa y desapasionada de nuestro entorno y de nuestra interioridad acompañados por el cálido fuego de Hestia, diosa del hogar que nos da centro. Solo así estaremos más preparados para transitar los cambios que inevitablemente nos traen estos tiempos.

    Por Virginia Calderón M.

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